domingo, 30 de agosto de 2009

La Bola Ocho

De forma recurrente la Bola Ocho ha aparecido en mi vida desde que la compré haya por 1991 en mi primer viaje a Nueva York. Por aquel entonces yo ya sabía lo que era y me gustaba el concepto, pero nunca había tenido la oportunidad de comprar una y en ese viaje la conseguí. Por supuesto, no tardó en quedar olvidada en un rincón y, aunque de vez en cuando la encontrábamos mi hermano o yo y jugábamos con ella, llegó un momento en que el líquido empezó a evaporarse y la bola dejó de funcionar. No la tiramos, por supuesto, en mi casa nunca jamás se tira nada, pero quedó de nuevo guardada en un armario junto a otros juguetes.

Ahora tantos años después un viaje a Cádiz y una película (en realidad ha sido Bea y realmente no es tan importante el lugar ni el momento en que lo hizo porque las revelaciones importantes simplemente ocurren y ya está ) me la recordaron, así que la incluyo en mi colección de juguetes que hace tanto tiempo que no renovaba, uniendo así dos viajes que, en realidad y curiosamente tienen más relaciones entre ellos. Como bien dije, qué cosas :)